miércoles, 18 de agosto de 2010

EL ANUNCIO DEL FIN.

Aquí el ángel nos dice un mensaje sorprendente. Pero va precedido de un juramento.

El juramento estaba permitido por la ley judía y tenía gran fuerza obligatoria.

La posición solemne del ángel al prestar el juramento es levantando al cielo su mano derecha, y asentando sus pies sobre la tierra y el mar. Todo esto significa que al jurar lo hace tocando las tres partes del universo, porque va a jurar por aquél que creó el cielo, la tierra y el mar.

¿Qué es lo que jura? Afirma "que el tiempo no sería más" o dicho de otra manera, "que no habrá más tiempo". La palabra tiempo significa dilación, espera.

Todo esto quiere decir que no habrá más dilación para que el juicio de Dios se desate sobre la tierra al sonido de la séptima trompeta que se apresta a tocar.

Como hemos visto la apertura de los siete sellos y los toques consecutivos de las trompetas habían retrasado la consumación final. Seguramente a causa del gran amor de Dios que no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento.

Quiere decir entonces que el Anticristo está por aparecer en escena con todo su terror y ambición destructiva.

Aquí se refiere al momento cuando ha de manifestarse el hombre de pecado (2 Tes. 2:3).

Todo comenzará a suceder al toque de LA SEPTIMA TROMPETA, y entonces habrá concluido el misterio de Dios. Esta expresión significa el propósito de Dios para la historia. Mientras la iglesia espera estos acontecimientos apocalípticos. Hay muchas cosas que son difíciles de entender y explicar.

Hay veces que la espera nos deprime y nos mueve de la fe que creíamos firme. Así les sucedió a los cristianos de la edad apostólica, como vemos en la epístola que Pedro les escribe:

2. para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;

3. sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,

4. y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. (2 Pedro 3:2-4)

La falta de paciencia los había tornado desconfiados y pesimistas acerca del cumplimiento de las promesas de nuestro Señor. Dios conoce nuestra debilidad. Por ello es que el ángel jura solemnemente en nombre de Dios que la consumación del misterio de Dios se concretará irremisiblemente.

Es más, parece que se trata de una realización inmediata. Esto nos ayuda. Porque aunque no entendemos el tiempo de Dios, que escapa al nuestro. Tal como lo da a entender perfectamente el contexto de la cita de Pedro, más precisamente en el verso 8. Ni sus pensamientos, que son más altos que los nuestros. Sin embargo podemos captar la médula del mensaje.

Hay algo que Juan puede vislumbrar. En primer lugar, LA NOTA DE URGENCIA, y en segundo lugar, HABRA UNA BATALLA FINAL. Y en esta confrontación entre Dios y el anticristo, el bien y el mal se enfrentarán.

Luego de la batalla final, todas las preguntas tendrán respuestas y todo misterio será develado. Al decir de San Pablo:

12." Ahora vemos por espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido." (1Cor. 13:12)

Y esto no significa otra cosa, que la impactante maravilla de que nosotros podremos ver desde la posición que Dios nos mira a nosotros ahora, nos será concedido – por esto digo: maravillosamente – ver a través de sus ojos y entender la majestuosidad de sus planes. Porque allí la mente de Cristo habrá alcanzado su verdadera plenitud en nosotros. Ya no estaremos limitados al tiempo y al espacio. Ni por este cuerpo mortal.

Veremos toda la historia, y aún nuestras propias vidas, y todo tendrá sentido. Todo adquirirá un propósito eterno. Ahora desde la misma perspectiva de Dios. Todo adquirirá un propósito eterno y perfecto. No habrá limitación en el alcance de la visión más grande, como tampoco del detalle más pequeño en cuanto a conocimiento se refiere. ¿No es maravilloso pensar que "sentados en lugares celestiales" podremos ver la realidad temporal, de principio a fin? ¿Qué límite puede haber en el espíritu? Como expresa el antiguo himno:

"Maravillosa gracia, de Cristo rico don Que para describirla palabras vanas son…"

¡Exaltemos y alabemos a nuestro Dios por tan grande herencia en los cielos que ha preparado para nosotros!

1. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

2. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

3. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

4. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. (San Juan 14: 1-4)

LA ALEGRIA DE UNA VIDA SENCILLA

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