jueves, 17 de junio de 2010

¿PUEDES DECIR ESO?

Si pudieses, serías un constructor de la paz en el vasto mundo.

La paz es un don de Dios.

"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo".

¿Cómo es, Señor, que yo te busco? Porque al buscarte, Dios mío, busco la vida feliz, haz que te busque para que viva mi alma, porque mi cuerpo vive de mi alma y mi alma vive de ti. (S. Agustín)

Amar es ACEPTAR

Significa admitir con paz que el otro sea como es.

Amar es COMUNICARSE

Significa entregar algo que es sustancialmente mío, algo que forma parte esencial de mí ser.

Amar es ACOGER

Significa dos cosas, permitir, al otro, la entrada en mi recinto interior y recoger al otro, en mi interior, con brazos de cariño.

Amar es DIALOGAR

Significa que, cuando las interioridades están entrelazadas, la palabra es puente por donde van y vienen los corazones.

La ofensiva del amor: el deporte de amar

Concentrado, fija vivamente tu atención en aquella persona que

Últimamente más te ha ofendido o traicionado y transmítele sentimientos de perdón, cariño y ternura. Piensa vivamente en esa persona; ámala sensiblemente, incansablemente, incondicionalmente, envolviéndola en un abrazo de cariño, amor y perdón con expresiones fuertes de perdón y amor.

Sea en el trabajo, en la casa... al recibir una ofensa, que te han retirado la palabra, la mirada, no importa; retírate a tu habitación y, tranquilo, concentrado, dedícate a amar a ese ofensor, transmítele ondas de ternura y cariño ciegamente, incansablemente, sin hacer caso del amor propio herido. Pronto te encontrarás con resultados milagrosos.

"¿DÓNDE ORAR?

En el silencio de tu cuarto. Nadie te ve. Te basta saber que el Padre está ahí, contigo. Él Mismo será tu saciedad y recompensa La maravilla de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua.

Allí Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades de Dios que nos desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él.

EL POBRE Y LA PERLA

La perla de gran precio yace profundamente escondida. Como un pescador de perlas, alma mía, bucea, bucea profundamente, bucea aún más profundamente, ¡y busca! Tal vez no encontrarás nada la primera vez. Como un pescador de perlas, alma mía. Sin cansarte, insiste, insiste de nuevo, bucea profundamente, cada vez más profundamente, ¡y busca! Los que no conocen el secreto, se burlarán de ti, y te sentirás triste por ello. Pero no te desanimes, pescador de perlas ¡alma mía! La perla de gran precio está ciertamente allí escondida, escondida en lo más hondo. La fe es la que te ayudará a encontrar el tesoro y es ella la que permitirá que lo que estaba escondido sea por fin revelado. Bucea, bucea aún más profundamente, cómo un pescador de perlas, alma mía, ¡y busca, busca sin cansarte!

Swami Paramananda

 

LA ALEGRIA DE UNA VIDA SENCILLA

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