¿Debemos diezmar bajo presión? ¿Sembrar para ganar el favor
de Dios? ¿Pactar con Dios?
Al terminar de leer, tú mismo puedes deducir si estos
conceptos hacen parte del Nuevo Pacto. El Pacto en el que estamos hoy. Si es válido
después de la cruz.
(La imagen y el título son provocadores, por eso, antes de
llegar a conclusiones o respuestas, te rogamos leer la publicación completa y
también el contexto de los pasajes que se exponen. Daremos la bienvenida a las
respuestas en tono cortés, así como a las que contengan algo de certeza
espiritual y bíblica y que demuestren que has leído completo. Para evitar malos
entendidos, el resto de las respuestas serán borradas).
Por años y años hemos recibido la enseñanza sobre el diezmo
con muy buenas intenciones, hace parte de la doctrina básica. No obstante,
después de la cruz, el diezmo no es un requisito de Dios. Cuando Jesús expulsó a los cambistas del
templo, fue porque ellos impedían a los extranjeros, los ciegos y los cojos
acercarse a Dios. Del mismo modo, hoy en día algunos líderes de forma
involuntaria levantan barreras para impedir a los hermanos acercarse a Dios.
Barreras que Jesús ya eliminó.
El diezmo y el Evangelio de la Gracia van de la mano. Por
eso, lo voy a explicar dentro de este panorama. Si entendemos la función del
diezmo, entenderemos el Nuevo Pacto de la muerte y resurrección de Jesús.
Tristemente se ha creído que estar bajo la Gracia y ser 100%
perdonado es sinónimo de tener licencia para pecar. Del mismo modo, cuando
escuchamos la idea de que no estamos obligados a diezmar pensamos que debemos
parar de ser generosos. Parar de dar y aportar a la obra de Dios. Pero, la
verdad es mucho más completa: Si hemos aceptado la obra consumada de Cristo,
estamos 100% bajo la Gracia, libres para vivir una nueva vida, la Vida de
Cristo en nosotros (Lee Romanos 6).
Esto significa que el Padre Amado expresa Su Vida a través
de nosotros, expresa toda su conducta, incluyendo lo que hacemos con el dinero.
Lamentablemente, no tenemos clara la diferencia entre el
Nuevo Pacto y el Antiguo Pacto (como se explicó anteriormente en esta
publicación:
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=913901778629416&id=396402640379335),
e inconscientemente usamos la ley para controlar el comportamiento de la
congregación. Por tradición, pedimos el diezmo para recaudar dinero. Repito,
este no es un llamado al libertinaje, a la pereza o a la tacañería, sino un
llamado para permitir una verdadera comunión con Cristo Vivo y dejarlo expresar
Su Vida y Su Naturaleza en todos los sentidos. Así que te invito a leer la
publicación del enlace mencionado y más pasajes bíblicos que cité: Romanos del
5 al 8, Hebreos del 7 al 10, 2 Corintios del 3 al 5 y Gálatas del 1 al 6, para
dar un contexto a mis comentarios sobre el diezmo. Jesucristo es el mismo ayer,
hoy y siempre (Hebreos 13: 8), pero los Pactos de Dios con la humanidad
cambiaron para siempre en el año 30 y el 70 D.C.
Dicho esto, vamos a empezar con 2 Corintios 8 y 9, donde
Pablo explica a fondo el pensamiento acerca de dar dinero. Pablo es nuestro
ejemplo a seguir hoy en día. Aunque su explicación es completa, voy a hacer
algunos comentarios:
1) No dejes que nadie te cite el versículo 9:6 fuera de
contexto: "El que siembra escasamente, escasamente segará; y el que
siembra generosamente, generosamente segará”. Si lees este versículo en su
contexto, esto no quiere decir que si le das dinero a la iglesia institucional,
Dios te recompensará financieramente con una buena oferta laboral o alguna otra
cosa material, o que al no dar dinero, caerás en quiebra financiera. Para
entender a fondo, lee los capítulos 8 y 9 en su totalidad, mira el contexto y
su significado. Al dar tenemos el privilegio de fortalecer el Cuerpo de Cristo,
la verdadera iglesia (las personas que hemos creído en Él, no un edificio).
Estaremos muy felices cosechando almas para Cristo, viendo a otras personas
despertar a la adopción de la Vida Eterna, ayudando y compartiendo con el
prójimo. Pero, la idea de dar dinero para obtener beneficios, es una perversión
en dos sentidos: es el orgullo humano tratando de ganar el regalo que Dios
ofrece gratis (tan insultante como si tratáramos de pagar a un amigo por un
regalo), es dar para recibir. Dios da para dar, no para obtener algo a cambio,
da porque Él es el mismo amor, Él es dador y entregado. Gracia significa
expresar su naturaleza, por lo que también cuando damos, sólo damos, sin
esperar nada a cambio. La cosecha es disfrutar de ver la edificación del Cuerpo
de Cristo, de la que tú y yo somos parte.
2) El versículo 9:7 "Cada uno de como ha decidido en su
corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre”,
no es lo mismo que: ”Tiene que ser X porcentaje
y tiene que ser entregado en X edificio llamado la Iglesia X. Es
completamente incompatible con "Dad a Dios lo que es de
Dios","Esta parte no es tuya", o ”entrego el diezmo como
retorno".
3) En Deuteronomio 14, vemos que el diezmo no era dinero,
era comida. Se podría convertir en dinero en efectivo por motivos de viajes
lejanos y luego se convertiría de nuevo en comida, pero nunca se le ofreció a
Dios en forma de dinero.
4) Es verdad que el diezmo existía antes la ley, así que no
se puede predicar como si fuera una ley, esto no es acertado. Podemos
confirmarlo leyendo Gálatas del 1 al 6, donde Pablo condenó en términos muy
fuertes tomar como requisito la circuncisión, que también existió antes de la
ley (además de los sacrificios), pero estas personas lo tomaron como ley.
¿Qué pasa con las referencias al diezmo en la Biblia?
Vamos primero a Malaquías 3: 8-10, que es muy citado para
hablar del diezmo para hoy:
“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y
dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos
sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed
todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en
esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos,
y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
¿Cómo interpretar este pasaje desde la nueva posición que
tenemos en Cristo?:
Este *requisito* de
diezmar es parte del Antiguo Pacto, de la Ley Mosáica, que fue dada sólo
a los judíos, no a los gentiles. Este Pacto se hizo obsoleto con la muerte de
Jesús, y desapareció por completo con la destrucción del Templo de Jerusalén en
el año 70 (Hebreos 8:13) (al final, haré claridad sobre una distinción
importante entre Antiguo Pacto y Antiguo Testamento).
2) Esta sección es una continuación del pensamiento que
comenzó en Malaquías 2:1: "Ahora, pues, este mandamiento es para ustedes,
los sacerdotes”. Es decir, para un cierto grupo de sacerdotes en un contexto
específico. En el texto original no había lista de capítulos y versículos; lee
con detenimiento para que veas la continuidad por ti mismo. Para que veas la
importancia del contexto, al ir leyendo, pregúntate: ¿quién habla a quién?
¿Bajo qué Pacto está hablando? Y ¿bajo qué circunstancias?
3) El versículo 2:2: del mismo pensamiento, Dios dice que ha
maldecido a estas personas, y se compromete a maldecirlos más. En la
interpretación de la Biblia hoy, una pregunta muy útil es: ¿Esto es posible
después de la Cruz? La respuesta es definitivamente "No". Cristo se
hizo maldición por nosotros y quitó toda maldición. (Gálatas 3:13, Romanos 8:1;
2 Corintios 5:21).
4) Malaquías 3:10 dice: "Traed todos los diezmos al
alfolí y haya alimento [comida] en mi casa ... Espera. ¿Templo? ¿Qué tiene que
ver este templo con nosotros? ¿Y mi casa? Nosotros, nuestros cuerpos físicos
ahora son el templo, la casa de Dios. Nos congregamos en un edificio dedicado a
este fin y es justo ayudar con los gastos que se generan, pero no es acertado
usar términos como templo, capilla, altar, etc., para referirse a un edificio,
o partes de él. Nosotros somos la iglesia, el templo, la casa de Dios, y donde
están dos o más reunidos en el nombre de Dios, allí está la Iglesia. Las cosas
físicas en el Antiguo Pacto eran una sombra, las cosas espirituales en el Nuevo
Pacto son la realidad. El templo al que Malaquías 3:10 se refiere es el templo
de Jerusalén, que fue destruido en el año 70. Hoy en día somos el verdadero
templo de Dios.
5) La historia de fondo de Malaquías 3:10: Los levitas
recibían una décima parte de la cosecha de las once tribus de Israel a cambio
de su trabajo ofreciendo sacrificios en el Templo. Hubo un tiempo (Nehemías
13:10-13) en el que los levitas no recibieron estos diezmos y salieron del
templo para trabajar por su comida. Dios reprendió a los líderes por hacerlo.
El Antiguo Pacto no es para nosotros, es para los judíos. En todo caso ese
templo y ese sistema fueron destruidos en el año 70 DC.
Entonces, tengamos en cuenta que toda la Biblia fue escrita
para nuestra instrucción, pero en muchos casos sólo somos observadores de lo
que dice, no participantes ni beneficiarios. Miremos siempre el contexto: a
quién va dirigido.
6 ) Dar para recibir es una perversión del amor de Dios.
Dios da para dar, porque Él es amor en sí mismo. Es un Dios entregado. Ahora Él
habita en cada uno de sus hijos, somos su reflejo vivo, Él nos inspirar a dar y
compartir sus bienes, sin pensar en recompensa financiera. El antiguo Pacto es
una sobredosis de “Si haces lo bueno, recibirás el bien; si haces lo malo,
recibirás el mal”. Esta sobredosis tiene un propósito y es es agotar el orgullo
y el esfuerzo humano. Llevarnos al límite al comprender que por mucho esfuerzo,
nunca lograremos el estándar. Jesús le dio la espalda a esta economía,
otorgando el favor y las bendiciones de Dios a los que menos las merecían. Las
referencias en el nuevo Pacto de la siembra y la cosecha tienen su propio
significado y contexto, lo comprobamos al leer 2 Corintios 8:9 y Gálatas del 1
al 6. (Una clave: no confundamos castigo con consecuencias).
En los Evangelios, Jesús hace referencia a dar el diezmo,
pero recuerda que Él mismo estaba todavía bajo el Antiguo Pacto (Gálatas 4:
4-5). Antes de su muerte y resurrección, su trabajo en la tierra era poner un
estándar mucho más alto que el de la Ley Mosáica, para frustrar a sus oyentes a
fin de que se rindieran de su auto-dependencia y descubrieran que necesitaban
un redentor, un salvador que viviera por ellos. Igual nos pasa hoy. La ley es
santa, pura y perfecta, pero cumplirla no nos da libertad. Cuanto más intentamos
cumplirla y no pecar, no fallar, menos lo logramos, más nos frustramos.
¿Recuerdas que el poder del pecado es la ley (1 Corintios 15:56; Romanos 3:20)?
No desechemos las palabras de la Biblia, pero tengamos en cuenta el contexto.
En Hebreos 7, se toca el tema del diezmo, pero no es una
declaración para hoy, sino una afirmación de la superioridad de Cristo por
encima de todos, incluyendo a Abraham, (algo impensable para los judíos hasta
entonces).
*Una vez* Abraham regresaba de una guerra, se encontró con
el sacerdote Melquisedec y le dio la décima parte del botín de guerra y recibió
una bendición, dos hechos que demostraron la superioridad de Melquisedec, una
sombra de Jesús. Pero:
1) Fue una situación única.
2) Melquisedeq no
*exigió* los diezmos de Abraham.
3) Abraham dio sólo una décima parte del botín de guerra, no
de sus bienes materiales o ingresos; estando en pie de guerra y lejos de casa,
hubiera sido imposible llevar todo esto con él.
4) Abraham se negó a quedarse con el otro 90%. Al parecer dio
el 90% al rey de Sodoma, o se lo regresó a sus dueños originales; no está del
todo claro en el texto, pero no era para Abraham. (Leer Génesis 14).
5) No todo lo que hizo Abraham es un modelo que estamos
obligados a seguir, por ejemplo casarse con su hermana.
6) El punto más importante no es que Abraham dio el diezmo;
es que Leví (representante de la ley) dio el diezmo. Es decir, el linaje
levita, de la ley, demostró la superioridad del linaje de Cristo, de la gracia.
(Hebreos 7:9,10) (Juan 1:17: la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que
la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.) ¿Cuál es el
mayor sacerdocio?
7) Aquellos que hoy exigen que los creyentes en Jesús vivan
como israelitas en el diezmo, no viven ellos mismos como los levitas (sin
herencias, sin sueldos, sin terrenos o propiedades).
Hebreos fue escrito en el año 67 DC, mientras que el Templo
de Jerusalén todavía existía, antes de su destrucción por los romanos en el año
70. Los diezmos continuos eran para los sacerdotes y levitas, para compensarles
por el trabajo duro y *continuo* para hacer sacrificios de animales por los
pecados del pueblo. (Nótese la palabra *continuo*). El templo terrenal era una
representación de la morada de Dios. En aquellos días, estaba explícitamente
prohibido cualquier tipo de mueble para sentarse porque el trabajo nunca se
terminaba. Cuando Jesús entró a través de otro sacerdocio, hizo el sacrificio
perfecto y final, entró en el Lugar Santísimo, literalmente, en el cielo, y se
*SENTÓ* a la diestra de Dios - ¡Consumado es! -
allí permanece hasta ahora. Su sacrificio fue único y suficiente para
toda la humanidad en todos los tiempos. Al respecto lee Hebreos del 7 al 10 y
confírmalo, analiza el versículo 7:12: "Porque cuando cambia el sacerdocio
también tiene que cambiar la ley" - ¡pensemos en lo que esto implica!
Si estamos dando el diezmo *por obligación*, estamos
diciendo que nuestro sacerdote sigue trabajando y haciendo sacrificios. ¿Quién
es nuestro sacerdote? ¿un levita, o Jesús?
En resumen, en Cristo estamos libres de toda ley, incluyendo
el diezmo. Fuimos liberados por la ley del espíritu de vida, es decir que el
Espíritu Santo vive en nosotros y nos guia con amor a cada momento. Hemos
recibido el Espíritu de adopción. En Cristo somos nuevas criaturas,
literalmente somos Su morada. Somos 100% perdonados y transformados
espiritualmente. Tenemos el enorme privilegio de ser Su cuerpo y Su reflejo en
esta tierra. Sus mandamientos: Cree en Él y ama como Él te ama, incluyen la
gestión de tus bienes materiales. Da generosamente como Él te guía de forma
individual.
***************
Adición: Debido a algunas respuestas recurrentes que he
recibido, quiero hacer tres aclaraciones:
1) Diferencias entre Antiguo Pacto / Antiguo Testamento y
Nuevo Pacto /Nuevo Testamento.
2) Entender el Nuevo Pacto es de suma importancia.
3) Entender la función del diezmo, y entender el Nuevo
Pacto, van de la mano.
1) Antiguo Pacto /
Antiguo Testamento no son lo mismo, y el Nuevo Pacto / Nuevo Testamento
tampoco son lo mismo.
La división de la Biblia en el Antiguo Testamento / Nuevo
Testamento es algo confuso, pues no se trata solo de una hoja entre Malaquías y
Mateo. No todo en el Nuevo Testamento es del Nuevo Pacto, y no todo en el
Antiguo Testamento es del Antiguo Pacto. La sombra de Jesús y su obra terminada
(Nuevo Pacto) se encuentra en todo el Antiguo Testamento. Y ya que Jesús nació
y enseñó.