viernes, 15 de junio de 2012

LA PRE-EXISTENCIA DE JESÚS

Antes que nada, tengamos en cuenta, que comenzamos a hablar de la vida más maravillosa que alguna vez existió en medio de los hombres. Tal es la grandeza de esta vida, que la Biblia afirma por su misma boca que El descendió del cielo.
Ya dijimos que la persona de Jesucristo, es central. Toda investigación debe tener su persona como punto de partida.
“La persona y la obra de Cristo son la roca fundamental sobre la cual descansa la fe cristiana. Si El no es lo que dijo ser y realiza la obra para la cual declaró que vino a este mundo, entonces, toda la estructura del cristianismo cae derrumbada por el suelo. Quitemos a Cristo del cristianismo y éste queda desentrañado; no queda prácticamente nada. Cristo es el centro del cristianismo – todo lo demás es circunstancial.”
Por ello, deberemos respondernos algunas preguntas: ¿Fue el carpintero de Nazaret el hijo de Dios? ¿Quién fue Jesús? Estas preguntas tienen que ver con el carácter de su persona.
La otra faz de nuestra inquietud, seria demostrar que si realmente Jesucristo es una persona divina y especial, entonces muchos problemas se resuelven naturalmente. Por ejemplo: la existencia de Dios. Si hay un Dios tiene que ser como Jesucristo.
También queda establecido el claro destino de cada ser humano. El temor a la muerte, o la duda de la existencia de una vida futura, carece de sentido porque Jesucristo a través de su resurrección, nos ha librado del temor y nos ha dado vida eterna.
Todos recordamos que en una ocasión el Señor Jesucristo les preguntó a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?” (Mr. 8:27). Una contestación acertada a esta pregunta es el fundamento para todo estudio de la vida de Jesucristo.

LA ALEGRIA DE UNA VIDA SENCILLA

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