lunes, 13 de septiembre de 2010

INTERCESIÓN

La importancia de un corazón limpio.

Si hemos llegado hasta aquí en cuanto a la limpieza de nuestro corazón, el Señor estará trabajando con nosotros en el tercer paso. No solo debemos permitirle que limpie los pecados del corazón y trate con nuestro orgullo, sino también QUE TRATE Y SANE LAS HERIDAS DEL CORAZÓN.

"Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados." (Heb. 12:15).

"No sé de ninguno que pase por la vida sin sufrir algún tipo de herida del corazón. A veces nos damos una pequeña ducha en el calvario, en lugar de permitirle a Dios que corte y lave con profundidad, quitando las heridas con su sangre expiatoria."

"A menudo no tenemos conciencia de la extensión del daño a nuestros corazones hasta que nos encontramos en situaciones difíciles y nuestra amargura se revela en nuestras palabras y acciones. A no ser que permitamos al Espíritu Santo ILUMINAR CON SU LUZ la FALTA DE PERDON en nuestras vidas, nuestras oraciones estarán CONTAMINADAS por las heridas de nuestros corazones."

"Muchos intercesores están orando erradamente, por no conocer sus propios corazones. Ellos oran por cosas que les son dictadas por sus sentimientos heridos, en lugar de hacerlo por lo que desea su Padre celestial. Esto es particularmente cierto en el caso de los que han sido heridos por los que están en autoridad en sus vidas o han sido rechazados por aquellos cuya opinión es importante para ellos."

"Siendo intercesores hemos de cubrir a la persona o situación en oración; a Dios le corresponde dar convicción de pecado y sanar. Habrá ocasiones en que confrontaremos al que ha pecado, pero únicamente después de haber empapado el asunto en oración."

"Muchas personas han enderezado sus vidas y muchas situaciones desesperantes se ha modificado A TRAVES DE PERSONAS QUE APRENDIERON A ORAR."

"LA MADUREZ APRENDE A PELEAR BATALLAS EN EL CAMPO DE ORACIÓN. Cuando oramos, hay situaciones en la que Dios HACE LO IMPOSIBLE en formas que nunca podríamos haber imaginado."

"A medida que nuestros corazones reciban limpieza, seremos capaces de discernir EL MOTIVO que impulsa nuestras oraciones. Quiero ser como el salmista que clama:

1. Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.

2. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;

Has entendido desde lejos mis pensamientos.

4. Pues aún no está la palabra en mi lengua,

Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. (Salmo 139:1-2,4).

Nuestra oración como intercesores es: "Señor, cércame tanto por detrás como por delante y crea en mi limpieza e integridad de corazón para que pueda ser tu siervo y ponerme en la brecha."

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