miércoles, 1 de septiembre de 2010

APOCALIPSIS: LA EXPERIENCIA DULCE Y AMARGA DEL SIERVO DE DIOS


 Cap. 10:8-11. LA EXPERIENCIA DULCE Y AMARGA DEL SIERVO DE DIOS.
Otra vez, LA MISMA VOZ que le había prohibido escribir la revelación de los SIETE TRUENOS, habla a Juan. Esta vez para ordenarle que tome “el librito que está abierto en la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.” (Vr. 8). Y esto es significativo.
Dos veces se le dice a Juan que tome el rollo. Aun cuando la segunda vez él lo pide, el ángel le dice que lo tome. No se lo alcanza. ¿Qué significa esto? Que la revelación de Dios nunca es impuesta a los hombres. El hombre debe tomar su propia decisión de recibirla.
Pero también significa que el mensajero de Dios debe hacer su tarea como un  voluntario, POR AMOR; y no porque lo obligan. DEBE TENER INICIATIVA PARA BUSCAR EL MENSAJE.
Otra vez Juan está utilizando elementos tomados del libro de Ezequiel, a quien también se le ordenó que comiera el rollo. Notemos el texto y su similitud:
1. Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel.
2. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.
3. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. (Ezequiel 3:1-3.)
¿Por qué esta acción de comerse el rollo? Esto quiere significar la importancia de que el mensajero SE APROPIE COMO PARTE DE SU PROPIA VIDA, EL CONTENIDO DEL MENSAJE.
Vemos que el mensaje le resulta dulce a Juan, ya que le está anunciando el triunfo final de la peregrinación de la iglesia en este mundo, como también, la liberación de la terrible persecución que estaba viviendo. Esto significaba, nada menos, que la liberación definitiva de toda la constante opresión que vivía la iglesia.
Pero también, lo siente amargo, porque anuncia los sufrimientos temporales de los cristianos, y el triste y atormentador fin de los incrédulos. Es fácil imaginarnos que su corazón compasivo de padre haya sido cargado con la amargura del dolor ante este trágico fin.
Resumiendo entonces: “el rollo era dulce y amargo al mismo tiempo. Y esto significa que el mensaje de Dios puede ser al mismo tiempo dulce y amargo para el siervo de dios que debe transmitirlo. Es dulce porque es un privilegio recibir un mensaje de Dios y ser elegido para actuar como su mensajero. Pero el mensaje en sí, puede ser una advertencia de amenazas, un anticipo de la condenación; por lo tanto el mensaje es amargo.”
Y finalmente, se dice a Juan que tendrá que predicar otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
Así el profeta, se sentirá impulsado interiormente, como consecuencia de haber comido el librito a predicar una vez más. Y el mensaje parece ser el que se desarrollará una vez que haya comenzado a sonar la séptima trompeta.

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