miércoles, 5 de abril de 2017

LA ALEGRIA DE UNA VIDA SENCILLA

En una sociedad hambrienta de poseer cosas, hoy y siempre – no es cil para el cristiano “estar contento” con lo que tiene.
La presión consumista es tan grande que penetra también en la familia y la iglesia del cristiano.
Sin embargo Pablo trata de darnos una señal en el camino para que nos detengamos a pensar cuáles son nuestras prioridades en la vida. ¿Sabemos acaso distinguir entre la necesidad auténtica y la falsa necesidad? ¿Qes para nosotros lo más importante de la vida? EN RESUMEN: No corras y te afanes hasta el cansancio. ¿Porque no te detienes – hoy por este día – que al fin y al cabo es todo lo que te queda y disfrutas lo que eres y lo que tienes?
EL PELIGRO DE LAS RIQUEZAS Y EL AMOR AL DINERO vs. 911
La riqueza no es mala en sí misma. Eso ya lo sabemos. Pero esedeseo interior” de hacerse rico se convierte en una triple trampa descripta así:
(1) Tentación, (2) Lazo, (3) Codicias necias y dañosas.

Ustedes saben que la tentación comienza en la persona misma (Stg.1:14) porque nace en la mente. De otra manera el diablo no podría alimentarla. En este caso lo hace con pensamientos sutiles… “…y bueno si lo haces esta vez… ¿quién se va a enterar?…” cuando el deseo de enriquecerse ocupa el corazón presionando el carácter moral de la persona el resultado puede ser un verdadero desastre.
Se han dado casos de cristianos intachables que han llegado a robar, o a identificarse con negocios inmorales. Todo ¿por qué? El deseo de enriquecerse es la respuesta.
El cristiano deberá siempre estar atento a las novedades que le ofrecen todo por el menor esfuerzo. Si Dios quiere hacerte rico lo hará sólo de una manera: trabajando – y por eso no será de un día para el otro.
Ante el abanico de oportunidades de enriquecerse “con rapidez” el diablo está con el lazo en su mano: “codicias necias y dañosas”. Los demonios de la codicia están muy activos. Su blanco son los cristianos y su propósito dañar hasta la destrucción del cuerpo de Cristo.
El centro de todo el asunto está en el corazón. Jesús dijo: “Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt.12:21)
Además, Jesús nos da un mandamiento respecto a la codicia, claramente afirma: “Mirad, y guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lc.12:15)
En el pasaje que sigue enseña cuál es la verdadera riqueza que permanece y en la que debiera ocuparse el hombre (Lc.12:16-2l) Este pasaje y sus paralelos en el N.T. deberían ser objeto de un detenido estudio por todo aquel que se considera ser discípulo.
El resultado de no atender la advertencia es terrible.
Puntualizamos el concepto. Según el diccionario CODICIA significa el deseo exagerado de poseer mucho, particularmente riquezas. Su sinónimo es ambición. Por eso, como se darán cuenta, el codicioso nunca se conforma. Alguien, dijo que así como el mar y el infierno nunca se detienen, así el ojo del codicioso nunca dice: ¡basta!
¿Cuál es entonces el resultado? Que la codicia es una enfermedad y su virus se llama “amor al dinero.”
Observemos el comienzo y el final en el síndrome de la codicia:
Hunde a los hombres en destrucción y perdicn vs. 9b
Se extraviaron vs.10
Traspasados de dolores vs.10
Resumamos entonces, las riquezas no son malas en sí mismas, nosotros determinamos su valor según la actitud de nuestro corazón.

LA ALEGRIA DE UNA VIDA SENCILLA

En una socie d ad ha m bri e nt a d e p os ee r co sa s, h oy y si e m p re – n o es fá c i l p ara e l crist i ano “est a r cont e...